I Riciclini sono il cuore pulsante del progetto Kernel: oggetti unici nati dalla trasformazione di materiali di scarto in creazioni di design sostenibile. Ogni Riciclino è frutto di un processo artigianale che coniuga estetica, creatività e, in molti casi, tecnologia. Alcuni sono dotati di componenti smart e funzioni interattive, altri sono concepiti come pezzi simbolici o decorativi, capaci di trasmettere un messaggio potente sulla sostenibilità, l’arte del riuso e il valore delle seconde possibilità.
La loro natura ibrida, a metà tra arte e innovazione, permette di rispondere a diverse esigenze: c’è il Riciclino pensato per interagire con l’ambiente domestico tramite sensori e microcontrollori, ma anche quello pensato per arredare, per emozionare o per educare, senza necessariamente avere una funzione digitale. Quello che accomuna ogni pezzo è l’intento progettuale: dare nuova dignità ai materiali scartati, trasformandoli in oggetti di valore, carichi di significato e bellezza.
Ogni Riciclino racconta una storia diversa: c’è chi era un vecchio contenitore industriale, chi una scheda elettronica dimenticata, chi un componente recuperato da un elettrodomestico in disuso. Rigenerati attraverso un approccio creativo e sostenibile, questi materiali si reinventano come piccoli totem del cambiamento: oggetti che fanno riflettere, arredano con personalità o offrono nuove funzioni grazie alla tecnologia.
La collezione Riciclini si rivolge a chi cerca un’alternativa al consumo anonimo e standardizzato. È pensata per chi ama circondarsi di oggetti che parlano, che hanno un’anima, che testimoniano un gesto concreto verso una nuova idea di abitare, più consapevole e poetica.
L’autrice: Luana Galluccio
Farmacéutica, artista e innovadora en el campo de la sostenibilidad y las ciudades inteligentes, Luana Galluccio es la mente creativa detrás de Riciclini. Licenciada en Farmacia, trabaja en la spin-off universitaria Smart City Instruments de la Universidad de Calabria, donde realiza investigaciones sobre ciudades inteligentes, energías renovables y tratamiento de residuos para la generación de energía. Al mismo tiempo, se destacó como directora y guionista del cortometraje Voglio le Snaik (Bad Shoes), que ganó varios premios en festivales de cine, incluido el Festival de Cine de Giffoni (Youth Media Market), el Videocorto Nettuno (Mejor Película), el Festival de Cine de Skepto (Mejor Dirección), el Festival Internacional de Cine de Trebaseleghe (Mejor Historia y Guión) y fue finalista en el Festival de Cine de Puglia. Como pintora, prefiere el sujeto femenino, símbolo de resiliencia y renacimiento. Su trabajo combina ciencia, arte y tecnología para promover una nueva visión integrada y sostenible de la vida contemporánea.
Su carácter híbrido, a medio camino entre el arte y la innovación, les permite responder a diferentes necesidades: está el Riciclino diseñado para interactuar con el ambiente doméstico a través de sensores y microcontroladores, pero también aquel diseñado para amueblar, emocionar o educar, sin tener necesariamente una función digital. Lo que cada pieza tiene en común es la intención del diseño: dar nueva dignidad a los materiales desechados, transformándolos en objetos valiosos, llenos de significado y belleza.
Cada Riciclino cuenta una historia diferente: algunos eran un viejo contenedor industrial, otros una placa electrónica olvidada, algunos un componente recuperado de un electrodoméstico en desuso. Regenerados a través de un enfoque creativo y sostenible, estos materiales se reinventan como pequeños tótems del cambio: objetos que hacen reflexionar, decoran con personalidad u ofrecen nuevas funciones gracias a la tecnología.
La colección Riciclini está dirigida a quienes buscan una alternativa al consumo anónimo y estandarizado. Está diseñado para aquellos que aman rodearse de objetos que hablan, que tienen alma, que testimonian un gesto concreto hacia una nueva idea de vida, más consciente y poética.
